martes, agosto 01, 2006

Una historia desde los campamentos

Nos pasan lista 3 veces al día y si nos vamos podemos perder la casa, dice María Torres, quien duerme sobre cartones en campamento pro López Obrador

Miriam Castillo
1 de Agosto de 2006 Hora de publicación: 10:39


Para los hijos de María Torres el primer día de plantón sobre Paseo de la Reforma fue como un día de campo. En la noche contaron cuentos de terror y a las ocho de la mañana pudieron salir a jugar futbol sobre la avenida, sin autos que interrumpieran su juego.

Sin embargo María, quien vive en Iztapalapa, está preocupada porque no sabe cuánto tiempo debe estar, junto con sus niños, durmiendo sobre cartones y con sólo una cobija. A diferencia de las tiendas de campaña en las cuales pernoctan los líderes perredistas, ella no tiene cafetera eléctrica ni una bolsa de dormir.

Además asegura que el olor en los baños no tardará en ser insoportable. "Pero tenemos que estar aquí porque pasan lista en la mañana, a media tarde y en la noche. Si nos vamos perdemos la casa que esperamos del Invi y mi marido pierde el trabajo que tiene en una construcción", explicó.

María llegó a la marcha del domingo con una bolsa de mandado que tenía seis tortas, dos botellas de agua y tres manzanas. Después del anuncio que hizo Andrés Manuel López Obrador para acampar hasta que el Tribunal Electoral decida si recuenta o no los votos de la elección presidencial, a la ama de casa se le hizo un nudo en el estómago.

"La verdad es que sí me preocupé, porque yo creo que sí tenemos que apoyar a López Obrador con sus marchas, pero dejar mi casa ya se me hace mucho. Tuve que ir por ropa para los niños, unas cobijas, más agua y mis medicinas. Para que vieran que iba yo a regresar le dejé encargados a mis hijos a mi comadre, que se quedó a ver dónde nos iba a tocar", explicó.

Y es que, a pesar de que dice que el apoyo es voluntario, cuando sus compañeros de campamento se alejan confiesa que ella lo hace por su casa.

María y su esposo, Evaristo, pertenecen a una de las asociaciones perredistas inscritas al Invi; ya han aportado cerca de 10 mil pesos para obtener su casa y asegura que tiene miedo de perder su crédito.

"Nos advierten que López Obrador tiene que ganar para que podamos seguir con los programas y con todas las cosas que nos han dado. A mí me cae bien, pero de todas formas no le quiero jugar al valiente y prefiero dormir en cartones unos días a perder mi casa", agregó mientras cuidaba que uno de sus tres hijos no golpeara con una pelota a la diputada Clara Brugada, quien hacía un recorrido por el campamento.

La casa de campaña donde duermen María y sus tres hijos se encuentra en la esquina de Juárez y Reforma. Ayer ella ya tenía una cazuela de barro con frijoles, tres botellas de agua y algunas cobijas, pero asegura que en la noche no fue igual. Tuvieron que conformarse con las chamarras que llevaban y cenar pan con leche fría.

Hasta el momento acampar parece divertido, fuera del frío de las noches y lo incómodo del suelo; lo único que se necesita es un buen pasatiempo.

Los vecinos de María llevaron juegos de mesa, algunas cosas para tejer y un juego de video con baterías.

No obstante, los inconvenientes se agravan conforme transcurren las horas. En tan sólo medio día ya hubo más de una discusión por el agua. Para cocinar y lavarse las manos deben tomar el líquido de uno de los tinacos blancos instalados a lo largo de Reforma. Pero hay esperar su turno y los horarios, porque aseguran que el agua va a escasear y deben racionarla.

"Lo malo es que hasta para eso hay grillas, algunos campamentos ya se pelearon y están decidiendo a quién le toca primero. A este paso no vamos a aguantar más de tres días", lamentó la mujer.